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Cómo diseñar experiencias sensoriales para descrestar a los clientes de tu restaurante.

Cómo diseñar experiencias sensoriales para descrestar a los clientes de tu restaurante.

Muchas marcas de comidas, salud, retail, belleza y hoteles han empezado a darse cuenta que items como el olor, sabor, sonido, textura, imagen visual y empaque combinando todo esto en el cerebro puede crear impresiones difíciles de borrar y así, brindando experiencias sensoriales únicas.

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del concepto a los sentidos experiencias sensoriales

Los seres humanos experimentamos a través de los sentidos, y a pesar de que el más evidente en la experiencia de un restaurante es el sentido del gusto, todos los demás están involucrados en nuestra percepción y todos generan un impacto en la recordación de marca que creas para tu público. La apariencia de un postre bien decorado, el sonido chispeante de una carne recién asada, la textura de un pan francés al partirlo con las manos, el olor de un chocolate caliente o el sabor de la cebolla caramelizada enriquecen la experiencia de la comida más allá del simple hecho de alimentarse. Sin embargo, los restaurantes ahora trascienden de la comida y los platos preparados en cocina en la experiencia del usuario. El reto ahora consiste en generar momentos memorables y no solo una buena comida. Por eso, se bombardea con estímulos a los sentidos de tal manera que se logre sorprender y deleitar a los clientes.

Traslada tu identidad a experiencias sensoriales

Cuando pensamos en la experiencia de salir a comer, cada momento a través de la jornada del cliente, cada interacción con tu marca, es parte de una gran experiencia completa. Por eso para crear una experiencia inolvidable y diferente, la clave reside en traducir el concepto o identidad de marca en estímulos para los sentidos de tus comensales. Cada estímulo debe corresponder a toda o parte de la identidad de tu marca, y además deben guardar coherencia entre ellos.

Ejemplos:

  • Supongamos que tienes un restaurante casual en Bogotá, la especialidad es de comida del pacífico colombiano. Cobra sentido crear un ambiente donde los comensales sientan como si hubieran viajado a Buenaventura o Nuquí. Para eso se podría decorar el establecimiento con palmeras, atarrayas, peces, y otros elementos de la zona pacífica. La música, sin que llegue a ser estridente o demasiado ajena al gusto de la capital, puede incluir marimbas, percusión y otros instrumentos afro. Se podría sorprender a los comensales con olores a frutas tropicales u olores agradables propios a las regiones costeras.
  • En cambio, si tu restaurante es un clásico sports bar estilo americano, con alitas de pollo y cerveza como su especialidad, la decoración y el ambiente deben ser acordes. Muchas pantallas con deportes en vivo ayudan a darle ambiente; asimismo, una buena barra de cervezas de barril es parte del entorno tradicional. Un sentido muchas veces pasado por alto es el olfato; los bares deportivos americanos tienen un característico olor a madera, por lo que se podría considerar este material para los interiores del bar. Además de esto, suelen ser lugares con poca iluminación exterior, esto cobra sentido ya que los televisores con deportes son los grandes protagonistas, y al dejar entrar mucha luz del exterior o tener potentes lámparas, se pueden crear reflejos y puntos ciegos que afectan la experiencia de ver deportes de los clientes.
  • Un clásico ejemplo de restaurantes con la experiencia como concepto de marca son los teppanyaki. En ellos, los clientes se sientan en una mesa que rodea una parrilla de metal plana donde el chef va y prepara los platos. Los clientes, en vez de esperar que el plato salga de la cocina listo, presencian todo el proceso de preparación en frente de ellos. Estos restaurantes cuentan con chefs expertos no solo en cocinar, sino también en atención al cliente y hasta en malabarismo. El chef ejecuta trucos de cocina como volcanes de humo hechos con cebollas, diferentes técnicas de corte rápido y malabares en el aire con huevos, langostinos, y más ingredientes. En ocasiones, dejan a los clientes intentar alguno de los trucos, consiguiendo hacerlos mucho más participes de la experiencia. El show es rico en estímulos visuales (por la destreza del chef), sonoros (el sonido de los ingredientes cocinándose), olfativos (los aromas propios de los ingredientes y especias) y también táctiles (cuándo permiten a los clientes realizar cortes, y ejecutar malabares y trucos; una experiencia sensorial completa que no se olvida fácilmente, antes de que se lleven el primer bocado a la boca.

Así como estos, hay miles de ejemplos y conceptos diferentes que puedes implementar. Deja volar tu imaginación, piensa en la experiencia del cliente y en cómo lo puedes sorprenderlo con algo inesperado. Despertar emociones positivas en el cliente hace que recuerde con mayor vividez tu restaurante y tu marca, y que con mayor probabilidad recomiende la experiencia a sus allegados.

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